Al instalar el nuevo Congreso de la República, el Presidente Uribe Vélez dijo que un elemento fundamental para la construcción de gobernabilidad fue el diálogo permanente, abierto y siempre rodeado de garantías con todos los compatriotas. Indicó que estos encuentros continuos también permitieron construir caminos para resolver las problemáticas en las regiones del país, sin caer en promesas.
BOGOTÁ, COLOMBIA . - Uno de los elementos fundamentales de gobernabilidad durante esos ocho años ha sido la persistencia en el diálogo con la comunidad, como lo exigía el Estado Comunitario trazado desde el Plan Nacional de Desarrollo. Así lo indicó este martes el Presidente Álvaro Uribe Vélez, al instalar el nuevo Congreso de la República.
“En estos años procuramos practicar una forma de gobierno de Estado Comunitario al servicio de los ciudadanos y de amplia participación. Marcamos distancia frente al neoliberalismo que deroga el Estado y el burocratismo, que lo quiebra”, dijo el Mandatario.
Aseguró que a través de los encuentros permanentes con la comunidad, el Gobierno avivó “el diálogo con credibilidad” y expresó que esa práctica intensa “ha sido para mí un cielo en la tierra”.
“Fuimos consecuentes con la creencia de que la participación ciudadana en las decisiones públicas, en su ejecución y vigilancia, es garantía de transparencia y mejor uso de recursos”, dijo, y recordó las acciones adelantadas por el Gobierno Nacional contra la corrupción y la politiquería, a través del Estado Comunitario.
En ese sentido, mencionó, por ejemplo, la reforma de 464 entidades del Estado; el alto nivel en fenecimiento contable, que alcanzó el 89 por ciento; la discusión pública de contratos, conciliaciones y del tema de derechos humanos, y la publicación de beneficiarios de programas oficiales.
“Construimos gobernabilidad en el diálogo con los ciudadanos, en la discusión abierta con el Congreso, en el respeto a todos los alcaldes y gobernadores, con prescindencia del origen político de su elección”, dijo.
Afirmó que los encuentros continuos del Gobierno con la comunidad permitieron, además, construir caminos para resolver las problemáticas en las regiones del país, sin caer en las promesas.
“El diálogo permanente hizo un Gobierno más comprometido y menos promesero, menos ligero para decir sí, menos perezoso para disculparse con el ‘no se puede’ y más buscador de opciones”, afirmó el Jefe de Estado.
Recalcó que siempre fue un diálogo abierto que promovió el equilibrio entre la representación y la participación, y destacó que “sin representación, la participación se anarquiza, y sin participación, la representación se deslegitima”.
“Dialogamos con los compatriotas de trabajo honrado y no gastamos las energías en ruegos al terrorismo”, recordó el Mandatario, y agregó que fue un diálogo ‘reclamante’ en el que, sin embargo, el odio y la rabia nunca tuvieron cabida.
“Los maestros permanentemente tramitaron sus reclamos y reconocemos que no hubo una sola huelga nacional de educadores. Con diálogo y contradicción sincera y constructiva disminuimos los paros de transporte”, indicó.
También se refirió al diálogo impulsado en zonas mineras, que involucró a comunidades, autoridades y empresas, y dijo que gracias a ello, en La Jagua y La Loma, en el departamento del Cesar, “se desbrozaron trochas de soluciones sin reprimir a la comunidad y sin expulsar a las empresas”.
Dijo que durante estos ocho años no se buscó gobernabilidad con auxilios parlamentarios o prebendas y expresó: “Tememos a la gobernabilidad aparente por manguala entre instituciones, que es rechazada por el pueblo”.
Uribe Vélez puntualizó que hubo deliberación frente a la crítica, “de pronto no con dulzura, pero siempre la rodeamos de garantías.
“Demostramos nuestra fe en la democracia, nuestro respeto al pluralismo y en toda oportunidad rechazamos el apaciguamiento a los violentos y a sus patrocinadores”, subrayó.
BOGOTÁ, COLOMBIA . - Uno de los elementos fundamentales de gobernabilidad durante esos ocho años ha sido la persistencia en el diálogo con la comunidad, como lo exigía el Estado Comunitario trazado desde el Plan Nacional de Desarrollo. Así lo indicó este martes el Presidente Álvaro Uribe Vélez, al instalar el nuevo Congreso de la República.
“En estos años procuramos practicar una forma de gobierno de Estado Comunitario al servicio de los ciudadanos y de amplia participación. Marcamos distancia frente al neoliberalismo que deroga el Estado y el burocratismo, que lo quiebra”, dijo el Mandatario.
Aseguró que a través de los encuentros permanentes con la comunidad, el Gobierno avivó “el diálogo con credibilidad” y expresó que esa práctica intensa “ha sido para mí un cielo en la tierra”.
“Fuimos consecuentes con la creencia de que la participación ciudadana en las decisiones públicas, en su ejecución y vigilancia, es garantía de transparencia y mejor uso de recursos”, dijo, y recordó las acciones adelantadas por el Gobierno Nacional contra la corrupción y la politiquería, a través del Estado Comunitario.
En ese sentido, mencionó, por ejemplo, la reforma de 464 entidades del Estado; el alto nivel en fenecimiento contable, que alcanzó el 89 por ciento; la discusión pública de contratos, conciliaciones y del tema de derechos humanos, y la publicación de beneficiarios de programas oficiales.
“Construimos gobernabilidad en el diálogo con los ciudadanos, en la discusión abierta con el Congreso, en el respeto a todos los alcaldes y gobernadores, con prescindencia del origen político de su elección”, dijo.
Afirmó que los encuentros continuos del Gobierno con la comunidad permitieron, además, construir caminos para resolver las problemáticas en las regiones del país, sin caer en las promesas.
“El diálogo permanente hizo un Gobierno más comprometido y menos promesero, menos ligero para decir sí, menos perezoso para disculparse con el ‘no se puede’ y más buscador de opciones”, afirmó el Jefe de Estado.
Recalcó que siempre fue un diálogo abierto que promovió el equilibrio entre la representación y la participación, y destacó que “sin representación, la participación se anarquiza, y sin participación, la representación se deslegitima”.
“Dialogamos con los compatriotas de trabajo honrado y no gastamos las energías en ruegos al terrorismo”, recordó el Mandatario, y agregó que fue un diálogo ‘reclamante’ en el que, sin embargo, el odio y la rabia nunca tuvieron cabida.
“Los maestros permanentemente tramitaron sus reclamos y reconocemos que no hubo una sola huelga nacional de educadores. Con diálogo y contradicción sincera y constructiva disminuimos los paros de transporte”, indicó.
También se refirió al diálogo impulsado en zonas mineras, que involucró a comunidades, autoridades y empresas, y dijo que gracias a ello, en La Jagua y La Loma, en el departamento del Cesar, “se desbrozaron trochas de soluciones sin reprimir a la comunidad y sin expulsar a las empresas”.
Dijo que durante estos ocho años no se buscó gobernabilidad con auxilios parlamentarios o prebendas y expresó: “Tememos a la gobernabilidad aparente por manguala entre instituciones, que es rechazada por el pueblo”.
Uribe Vélez puntualizó que hubo deliberación frente a la crítica, “de pronto no con dulzura, pero siempre la rodeamos de garantías.
“Demostramos nuestra fe en la democracia, nuestro respeto al pluralismo y en toda oportunidad rechazamos el apaciguamiento a los violentos y a sus patrocinadores”, subrayó.
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