Bogotá D.C., Colombia . - “He
tomado la decisión en conciencia de votar y promover el voto por la posición
que representa en materia de paz y de relaciones exteriores el presidente Juan
Manuel Santos e invito a quienes comparten mis razonamientos a acompañarme en
esta determinación”, expresó la ex candidata presidencial y presidenta del Polo
Democrático Alternativo, Clara López Obregón, al anunciar el sentido de su voto
en los comicios del próximo 15 de junio.
Dijo, durante una rueda de
prensa, que “al no acceder a la segunda
vuelta, nuestras aspiraciones quedaron temporalmente aplazadas. Nuestra
responsabilidad ante la coyuntura actual consiste en seguir trabajando para
construir las nuevas mayorías que coloquen nuestro programa en el rumbo de lo
posible. No hay otro camino por ahora, pero ello no nos exime de tomar las
decisiones que nos corresponden como dirigentes responsables frente a la segunda
vuelta presidencial”. Ello, subrayó, “sin cejar en nuestros esfuerzos por
exigir los cambios que Colombia necesita”.
Afirmó que si bien en los debates
de la primera vuelta presidencial en los que participó con los otros candidatos
expuso y defendió una propuesta de gobierno completamente distinta a la de
ellos que se sustenta fundamentalmente en un cambio de modelo económico
dirigido a garantizar en forma efectiva el goce de los derechos fundamentales
de los colombianos, coincidió con Juan Manuel Santos, en la necesidad de
continuar desarrollando dos políticas de Estado que calificó como “centrales
para el futuro de Colombia”.
En primer lugar, “la necesidad
inaplazable de darle una solución política negociada al conflicto armado que ha
sido bandera del Polo Democrático desde su fundación, lo que exige respetar los
mecanismos y agenda acordados para realizar los diálogos de La Habana”; y en
segundo lugar, “el imperativo constitucional en nuestras relaciones exteriores
de respetar los principios internacionales de buena vecindad y de promover la
integración latinoamericana y del Caribe, lo que exige la no intervención en
los asuntos internos de los demás países, la utilización de los canales
diplomáticos para dirimir las diferencias que surjan y la cordialidad con los
gobiernos y pueblos de nuestra América”.
“Durante la campaña –agregó la
excandidata presidencial del Polo Democrático-, defendimos decididamente la
continuación de las negociaciones de La Habana hasta su culminación para
ponerle fin al conflicto e iniciar la construcción de paz y de reconciliación
acompañadas de la necesaria profundización y ampliación de la democracia en lo
político, lo económico y lo social”.
Anunció, igualmente, que seguirá
trabajando en el impulso de los temas de su plataforma programática que obtuvo
el respaldo de dos millones de colombianos en las urnas el pasado 25 de mayo,
continuando con el ejercicio democrático “de la oposición civilista y
alternativa así como la materialización progresiva de elementos de nuestro
programa mientras logramos acceder al Gobierno para realizar el cambio de rumbo
que Colombia requiere”.
Declaración
El texto completo de la
declaración de la presidenta del Polo Democrático Alternativo es el siguiente:
CLARA LÓPEZ: MI VOTO ES POR LA
PAZ
He tomado la decisión en
conciencia de votar y promover el voto por la posición que representa en
materia de paz y de relaciones exteriores el Presidente Juan Manuel Santos e
invito a quienes comparten mis razonamientos a acompañarme en esta
determinación.
Los resultados de la primera
vuelta presidencial reflejan a las claras que el proyecto político de cambio
que presentamos a consideración del pueblo colombiano tiene una amplia
audiencia que es menester consolidar y proyectar si queremos construir una
sociedad más democrática, más libre e igualitaria y más conviviente. La
elección presidencial en dos vueltas exige una doble decisión de los electores:
en la primera, expresar sus aspiraciones; y en la segunda, decidir entre las
opciones posibles. Al no acceder a la segunda vuelta, nuestras aspiraciones
quedaron temporalmente aplazadas. Nuestra responsabilidad ante la coyuntura
actual consiste en seguir trabajando para construir las nuevas mayorías que
coloquen nuestro programa en el rumbo de lo posible. No hay otro camino por
ahora, pero ello no nos exime de tomar las decisiones que nos corresponden como
dirigentes responsables frente a la segunda vuelta presidencial.
He tomado la decisión en
conciencia de votar y promover el voto por la posición que representa en
materia de paz y de relaciones exteriores el Presidente Juan Manuel Santos e
invito a quienes comparten mis razonamientos a acompañarme en esta determinación.
En la deliberación pública de la pasada campaña defendimos un programa de
gobierno distinto y alternativo al de los otros candidatos en contienda que
contempla, entre tantas otras propuestas, un cambio de modelo económico para
reemplazarlo por uno más justo y equitativo, la renegociación de los TLC para
garantizar la reindustrialización del país, el rescate del agro, la protección
del medio ambiente y la consecución del pleno empleo; la eliminación de las EPS
y de la intermediación financiera para garantizar el derecho a la salud, la
gratuidad en la educación desde los tres años de preescolar hasta e incluyendo
el nivel superior para acercarnos a la igualdad de oportunidades fortaleciendo
la educación pública y manteniendo la privada bajo esquemas sin ánimo de lucro;
el mínimo vital gratuito de agua potable.
Con todo, en los debates
coincidimos frente dos políticas de Estado, centrales para el futuro de
Colombia: (i) la necesidad inaplazable de darle una solución política negociada
al conflicto armado que ha sido bandera del Polo Democrático desde su
fundación, lo que exige respetar los mecanismos y agenda acordados para
realizar los diálogos de La Habana y (ii) el imperativo constitucional en
nuestras relaciones exteriores de respetar los principios internacionales de
buena vecindad y de promover la integración latinoamericana y del Caribe, lo
que exige la no intervención en los asuntos internos de los demás países, la
utilización de los canales diplomáticos para dirimir las diferencias que surjan
y la cordialidad con los gobiernos y pueblos de nuestra América.
Estos dos temas están
entrelazados porque tienen que ver con el derecho-deber a la paz que contempla
nuestro ordenamiento constitucional y que sirve de sustento para el respeto de
la vida y los demás derechos en una sociedad que tiene que aprender a
solucionar sus diferencias por las vías del diálogo y de la amigable
composición. Durante la campaña defendimos decididamente la continuación de las
negociaciones de La Habana hasta su culminación para ponerle fin al conflicto e
iniciar la construcción de paz y de reconciliación acompañadas de la necesaria
profundización y ampliación de la democracia en lo político, lo económico y lo
social.
En función de la paz interior
pero también de la exterior mi voto es por Juan Manuel Santos en el entendido
de que la paz no se agota con la firma de los acuerdos y que para construirla y
sustentarla se hacen necesarias profundas reformas económicas, políticas y
sociales. En razón de ello seguiremos trabajando de manera independiente y
autónoma por la construcción de una sociedad verdaderamente democrática y en
paz.
Hago un llamado a quienes
acompañaron en la primera vuelta el programa de cambio para enrumbar a Colombia
por un Buen Camino para que votemos por la paz este 15 de junio, sin cejar en
nuestros esfuerzos por exigir los cambios que Colombia necesita. Por ello
continuaremos acumulando fuerzas en respaldo de nuestro programa que contempla
el fin del conflicto armado como requisito para avanzar en democracia hacia la
conquista de los bienes superiores de la paz que requerimos para llegar a
gobernar a Colombia con un programa de cambio.
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