- El restaurante en ‘la Sultana del Valle’ funcionará hasta el 30 de diciembre y en el se ofrecen platos típicos que han sido rescatados por aprendices e instructores.
- El restaurante estará ubicado en la Calle 14 Norte N° 9N-45, del barrio Granada, uno de los más atractivos corredores culturales, gastronómicos y turísticos de Cali.
Santiago de Cali, Valle del Cauca . - Los
turistas, visitantes y lugareños que acuden este fin de año a la Feria de Cali
no sólo disfrutarán del sabor de la salsa; también tienen a su disposición una
novedad cultural y gastronómica: la cuidadosa selección de productos de la
cocina ancestral de la región que –desde hoy– ofrecen aprendices e instructores
del SENA.
Platos, platillos, bebidas y
postres propios de esta tierra, pero en peligro de extinción, hacen parte del
menú en el que predominan sabores, texturas y recetas que los abuelos y sus
antepasados disfrutaron por mucho tiempo. Su rescate ha sido posible gracias al
trabajo de investigación que desde la Escuela de Cultura Gastronómica, Hotelera
y Turística de la entidad en la Regional Valle adelanta el grupo ‘Fogones y
comunidades’.
“Para la Escuela es importante
presentar los frutos de este trabajo en un restaurante-cafetería que funcionará
durante la Feria de Cali. Este es un espacio de práctica real de los aprendices
de distintos programas”, señaló Esperanza Adriana Ramos Rodríguez, directora
regional del SENA.
“Tenemos una gran oportunidad
para que visitantes, empresarios y todos en general conozcan lo que estamos
haciendo en materia de formación y para recuperar nuestras raíces
culinarias”, añadió la funcionaria.
El restaurante funciona en la
Calle 14 Norte N° 9N-45, del barrio Granada, uno de los más atractivos
corredores culturales, gastronómicos, turísticos y de la rumba en Cali. Allí funcionará hasta
el último día de la Feria, el 30 de diciembre, entre las 11:00 a.m. y las 10:00
p.m.
Un breve pero significativo
evento artístico-cultural, así como un almuerzo muy vallecaucano, ofrecido para
invitados especiales, sirvieron este mediodía para el lanzamiento del proyecto,
que hace parte de los procesos de formación que imparte la Escuela.
“Lo que más me emociona es saber
que con esta experiencia podremos complementar la formación que recibimos, con
una interacción real en una cocina en producción”, expresó Luis Alfonso Pino,
aprendiz del Técnico en Cocina, quien hace parte del staff del restaurante.
Platos como el atollao con pato y
los tamales de resplandor (de masa blanca, propio del siglo XVIII), bebidas
como las mistelas (licores con frutas que se tomaban en la época colonial) y el
chuyaco (refresco de guanábana) están a disposición de los comensales en el
restaurante, donde los aprendices hacen pequeñas reseñas sobre lo que se sirve.
Los repinganchos de tollo (masa
de yuca rellena de tiburón pequeño), aborrajados de pradera (con queso, clavos
y canela), así como la tradicional chicha, hacen parte de un menú en el que se
mezclan la herencia africana, española e indígena.
“Tanto la carta como la forma en
que se sirven los platos son resultado del trabajo de recuperación de las
cocinas ancestrales de varias regiones del país, incluida la del Valle del
Cauca, que adelantamos desde el grupo ‘Fogones y comunidades’”, explicó Cilia
Ines Acosta, instructora líder de investigaciones de la Escuela, quien está
adscrita al Centro de Gestión Tecnológica de Servicios.
El lugar también ofrece carnes,
bebidas, postres, productos de panadería y bar, variedades de café y otros
alimentos de calidad habituales en un establecimiento de este tipo.
Algunos precios que manejará el
restaurante son: champús vallecaucano, 2.500 pesos; tamal resplandor (dos
unidades), 9.000 pesos; filetes de pechuga, 19.000 pesos; y un almuerzo
completo con diferentes opciones, 25.000 pesos.
El grupo ‘Fogones y comunidades’
lidera el movimiento de rescate de la cocina tradicional de diferentes regiones
del país que adelanta el SENA, en desarrollo de las políticas propuestas por el
Ministerio de Cultura.
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