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viernes, 9 de mayo de 2008

REVOCADA PATENTE A HOMBRE QUE REGISTRO EN EE.UU. UN FRIJOL LATINOAMERICANO.

Finaliza uno de los más sonados casos de biopirateria.

PALMIRA . - En lo que se considera una victoria para los campesinos latinoamericanos dentro de uno de los más sonados casos de biopiratería, la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos (USPTO) revocó la patente de un fríjol amarillo que había otorgado a un estadounidense, para su uso exclusivo comercial, y en que éste alegaba que él lo había 'inventado'.

Desde que se concedió la controvertida patente —en 1999— el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), organización sin ánimo de lucro con sede en Palmira (Colombia) y que posee la mayor reserva de frijoles en el mundo, con 35.000 variedades, decidió iniciar una larga batalla jurídica para defender los derechos de millones de campesinos latinoamericanos, que han venido consumiendo ese fríjol por siglos.

Al conocerse el fallo, el Director General del CIAT, Geoff Hawtin, expresó su complacencia, aunque mostró su preocupación porque este caso tardó mucho tiempo en resolverse, pese a que el CIAT siempre tuvo la razón. La contraparte buscaba mecanismos legales para dilatar la decisión y seguir aprovechándose económicamente del fríjol y perjudicando a millares de pequeños productores, especialmente de México y sur de Estados Unidos.

"Sin necesidad, esos agricultores han tenido que padecer, durante ya varios años, amenazas de tipo jurídico e intimidaciones simplemente por sembrar, vender o exportar un fríjol que han estado cultivando durante generaciones", dijo Hawtin.

El objeto de este caso de biopiratería es conocido por los mexicanos como azufrado o Mayocoba, mientras que el supuesto dueño, Larry Proctor, lo bautizó como "Enola", en homenaje a su esposa. Para la Oficina de Marcas y Patentes de Estados Unidos simplemente se trataba de la patente 5,894,079.

El origen de este fríjol de color amarillo se ubica en el Perú, pero ha sido uno de los alimentos ancestrales de los mexicanos.

La historia comenzó en 1994 cuando Proctor compró un paquete de frijoles amarillos en México y los sembró en una propiedad suya en el condado de Montrose, Colorado. Dos años después presentó una solicitud de patente para su uso exclusivo en su país. En abril de 1999 obtuvo la patente que le daba derecho a utilizar el fríjol de manera exclusiva por 20 años, y enseguida inició un juicio contra dos empresas mexicanas que exportaban dicho fríjol a los Estados Unidos, y contra 16 empresas y agricultores de Colorado, alegando que estaban violando sus derechos.

El CIAT decidió formular oficialmente una solicitud de revisión de la controvertida patente, contando con el respaldo del Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Uno a uno se refutaron los 15 puntos expuestos por Proctor. El texto de la apelación, presentada por el CIAT, rechazó el reclamo de propiedad exclusiva que la patente hace sobre cualquier fríjol común (Phaseolus vulgaris) que sea de un matiz amarillo específico, señalando que "todo el sistema de patentese volvería ridículo si se permite patentar un color en sí mismo".

No hay ningún mejoramiento en ese fríjol, y la novedad es el primer requisito para exigir patente de un invento", dijo desde un principio Daniel Debouck, especialista en recursos genéticos del CIAT. "En nuestra colección tenemos al menos 260 variedades de fríjol amarillo y 6 son sustancialmente idénticas al Enola", aseguró.

En esta apelación se dijo que el fríjol amarillo le fue "expropiado" a México y que viola los derechos soberanos de ese país sobre sus recursos genéticos, tal como lo reconoce el Convenio de Diversidad Biológica de Naciones Unidas.

En el 2003, la USPTO falló a favor de la apelación del CIAT, pero inmediatamente los abogados de Proctor interpusieron otra acción de revisión adjuntando 43 nuevos puntos para exigir que se le respete la patente.

Durante todo este tiempo, Proctor hizo cumplir su patente de manera activa. Según fuentes del gobierno mexicano, en cierto momento, el reclamo hecho por el titular de la patente de que se le pagara US$0.6 por cada libra de fríjol amarillo vendida en los Estados Unidos hizo que se desplomaran las exportaciones de dicho producto de México a los Estados Unidos.

La disputa jurídica desde entonces fue lenta, y en cuatro oportunidades la USPTO le dio siempre la razón al CIAT (que ha aportando pruebas genéticas), hasta que finalmente se dio el fallo que revoca la controvertida patente.

Las directivas del CIAT señalaron que, aunque estaban preocupados por el impacto económico inmediato de la patente de Enola, en general les preocupaba el hecho de que la patente establecería un precedente que amenazaría el acceso público al germoplasma vegetal —material genético que comprende cualidades heredadas de un organismo— mantenido en fideicomiso por el CIAT y otros centros de investigación en todo el mundo y que le pertenece a la humanidad.

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